viernes, 26 de junio de 2009

No solo una quimera

Nací en un lugar de la Mancha que muchos prefieren olvidar, rodeada de viajeros que se apeaban en el mesón de mis padres para descansar de sus fatigas, algunas veces, las más, los viajeros pernoctaban. Una fría noche cuando era una bella jovencita llegó hasta nuestra puerta un Hidalgo caballero, que empezaba a caer en desgracia por sus múltiples extravagancias. Acompañado de su fiel escudero un hombre regordete y bajito y montando un esmirriado corcel llamó a la puerta con elegancia, para derrumbarse cual castillo de naipes golpeado por el viento, en cuanto mi padre abrió la pesada puerta.
A pesar de lo inusual de la hora mi padre lo cobijó en nuestra casa, llamó a un médico en cuanto comprobó que deliraba aquejado de unas altas fiebres y me nombró a mi su enfermera personal hasta que recuperase las fuerzas. Al día siguiente conocí a Alonso Quijano y no me separaría de su cama hasta dos semanas después. Mi nombre Dulcinea, la mujer que acompaño en sus delirios al desdichado caballero hasta el final de su vida y que muchos piensan que fue un sueño más, fruto de sus delirios.
Los días al lado del que muchos conocéis como D. Quijote de la Mancha, fueron en un principio aburridos, por cuanto el caballero pasaba la mayor parte del día durmiendo, sin apenas fuerzas para hablar, deliraba, pero pocas cosas podía comprender de su quebrada voz, se removía como si luchara contra una fuerza interna que estuviera intentando acabar con su vida. Durante esas largas horas pude contemplar bien su rostro, ya caneba, no era un hombre joven, pero a pesar de su extrema delgadez conservaba un porte digno, era un galán… uno de esos hombres que despiertan admiración.
El tercer día Alonso despertó y mirándome a los ojos me dijo que era la muchacha más linda que jamás había visto, me sonrojé y me dejé alabar por aquel hidalgo que me iba interesando cada día mas. Estaba más fuerte y me podía apartar del lado de su cama pero solo lo hice para ir a recoger su comida, o vaciar su bacinilla. Incluso dormía en una silla en aquella vetusta habitación, velando las semi vigilias del caballero. Me estaba enamorando sin remisión de un hombre que posiblemente nunca sería para mí…
Una noche me preguntó mi nombre, y tímidamente le conteste que Dulcinea; aquel nombre le quedó grabado a fuego en su mente y muchas noches en sueños lo gritaba, yo sonreía a su lado, posiblemente el sintiera lo mismo que yo. No me atreví a confesarle a mi madre la llama que me quemaba, por miedo a que me apartara de su lado, sin darme cuenta trataba de seducirlo, vestía con más desparpajo y el no parecía darse cuenta. Los días iban pasando y Alonso iba recuperando fuerzas.
Un día partió montado en su rocín, no sin antes prometerme que volvería para pedir mi mano. Mi padre se horrorizó ante tal posibilidad porque veía en aquel hidalgo un hombre poco cuerdo, no quería para su hija semejante cruz. Lo días se convirtieron en años y yo seguía esperando que el volviera, mi padre insistía en que tenía edad casadera. Un buen día llego hasta el mesón la noticia de que Alonso volvía a casa aquejado de una extraña enfermedad.
Vi ahí mi oportunidad de cumplir mi sueño, mientras mis padres dormían salí de casa, ensillé el caballo en el establo y me dirigí hacia su casa, no estaba lejos de la mía a dos o tres días a caballo. Llegué ante la desmejorada hacienda que había languidecido con tantas ausencias de su dueño y me abrió la puerta Sancho. Antes de subir a la alcoba puse a hervir unas verduras y un pedazo de carne con que hacer una sopa.
Realmente estaba enfermo, envejecido, como si esa lucha interna que presencié en mi casa se hubiera recrudecido. Pasé muchas noches sin dormir a su vera, la quinta noche me venció el sueño con la cabeza apoyada en su mano. Alonso sin temor a despertarme acaricio mi cabeza. Nuestros ojos se cruzaron unos instantes, sentimos una quemazón en el corazón, con suavidad poso sus labios en los míos. El resto podéis imaginarlo, fue una noche de locura y pasión, tan pronto se recupero le presento sus respetos a mis padres, y nos convertimos en marido y mujer.
Alonso jamás volvió a leer libros de caballerías, no tenia doncella a la que salvar, ni bandidos a los que presentar batalla. Yo, Dulcinea, llenaba toda su vida y pronto la casa se lleno con un par de chiquillos bulliciosos que hicieron las delicias del hidalgo manchego.

19 comentarios:
Enhorabuena, bonita. Te lo mereces y me alegro que además, te sirva de incentivo para retomar la escritura. Ese don que nadie que lo posea, debe despreciar...
Un beso, linda.
Natacha.
Preciosa, ya sabes que te lo mereces y si además te sirve para subirte la moral...pues mejor que mejor.
Me alegro mucho de verdad.
Felicidades y tachán!
Besos!!!
Muy merecido el premio porque el relato es hermoso!!
Mis felicitaciones!!!
Besotes
Me encanto tu relato Carmina, lo leí en autores reunidos, blog que descubrí hoy y aquí me tienes felicitandote.
Besos, buen fin de semana.
Ole, ole y ole! Enhorabuena, te lo mereces, el relato es simplemente genial. Está muy bien escrito, me ha encantado.
Un beso enorme y pasa un buen y relajado fin de semana.
Realmente hermoso, muy hermoso...¿Qué decir...?
Enhorabuena, te lo mereces.
caundo lo lei por primera vez supe que seria uno de los ganadores.yo al menos vote para eso. es que esta genial.
yo tambien me quede con la boca abierta y los ojos como platos cuando vi mi nombre, para nada contaba que estuviese entre los tres
muchas felicidades escritora
un besazo
jejeje, no me extraña que te hayan premiado este relato. ¡Es sensacional!! Una versión realmente preciosa en la que, sin trastocar la personalidad de los personajes, les diste un giro de 180º grados. Me ha gustado muchísimo, si señora, te felictio¡¡
Un abrazote, escritora¡¡
Precioso relato!! Felicidades!!
jaja
felicidades!
El inicio tipo "El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha"
queda genial
:)
te dejo un beso
Ely Cervantes
Hola Carmina.
¿Ves cómo no tienes que dejar de escribir?
Precioso relato digno merecedor de ese premio. ¡Enhorabuena!
Un abrazo.
Maat
Me uno a las felicitaciones recibidas, Carmina.
El relato está muy bien construido y la historia ha resultado como si así de real hubiera sido.
Un beso.
Te vuelvo a dar la enhorabuena, ahora...personalmente en tu blog. No me equivoqué con tu relato jejeje
BEsix
Enhorabuena por el premio. El relato lo merece. A veces el amor nos lleva a la locura y otras veces nos devuelve a la razón.
Un beso.
Carmina
Hacia tiempo que no sabia de ti.
Y mira que bien, que llego y tienes esta buena noticia.
Me ha encantado tu relato, y quiero felicitarte por el premio conseguido.
!!ENHORABUENA!!!
Besitos
Mi niña, no me extraña que hayas ganado tal merecido premio, me encantó no en sí el relato, si no la manera que llegó hasta mí cada párrafo, cada frase, cada letra, enhorabuena cielo.
LLevo unas semanas ausente de internet, y seguiré así hasta más o menos Septiembre, pero hoy tuve la oportunidad de poderme conectar y no queria dejar de pasar por aquí a dejarte mis cariños y como siempre, un montón de besos y achuchones para que no te falten.
Basileia.
PD. No dejes nunca de escribir corazón, lo haces ralmente bien
Es la primera vez que me paso por este blog y me ha encantado todo lo que he encontrado. El relato me ha parecido genial, seguiré visitándode.
Muchas felicidades.
Joana
Carmina:
¡muchísimas felicidades! es un escrito precioso ¡no dejes de escribir! saca tiempo de donde tengas que hacerlo porque un don no debe desperdiciarse nunca ¡y tu lo tienes!
He disfrutado mucho leyendo tu historia.
¡FELICIDADES!
Ale.
¡Es un relato en verdad maravilloso!
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